CORAZONEANDO
Un beso se imagina que estoy en su palacio
columpiando ayeres,
y precisa de mi dulzura
mientras las razón de ella se peina
más así llega el tiempo
de la sonrisa, de la gaviota
en luz o acaso migas de llama.
¡Oh, así le doy una sed
del hoy
a la muerte!
(Oswaldo Roses)
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